lunes, 15 de diciembre de 2014

Asesinato en el campo de golf

Asesinato en el campo de golf es la tercera novela de Agatha Christie, la segunda con Hércules Poirot y el Capitán Hastings como protagonistas.

Ya en esta segunda obra encontramos todas las claves de esta pareja de investigadores, especialmente las de Poirot: la importancia de las célebres células grises, la casi inacabable capacidad de enamorarse de Hastings, los prejuicios nacionalistas, la teatralidad, los giros del guión para desenmascarar al verdadero culpable...

En esta ocasión (y, ATENCIÓN, SPOILER, no será la última) Poirot no está solo en la búsqueda de la verdad, y mide su intelecto y su capacidad de deducción con otro investigador, Giraud, francés, por supuesto. Aquí Mrs. Christie no se pilla los dedos y, ya que hay que dejar mal a alguien, que sea francés. Con Japp, el investigador inglés que volverá a aparecer en otras de sus obras, ya se las verá en otra ocasión en todo su esplendor.

Comenzamos con las reseñas:

Esto es lo de Pau.

En esta ocasión la señora Christie vuelve a contarnos una historia del belga universal, su amigo el bobo -tan tontorrón como buena gente- y enamoradizo Hastings -¡Hay que ver cuántas veces se enamora este hombre por novela!- y, cómo no, un cadáver... digo dos...


Es novela policíaca de los comienzos del género de quien marca las pautas a seguir así que lo de menos ya -y eso que sólo van tres- es el misterio; sabemos que papa Poirot lo resolverá, sabemos que nos volverá un poco locos al ver cosas que sólo él ve y que ¡milagro! coinciden con la verdad... el mérito está, sin duda, en no molestarse (al menos no siempre) en enseñarnos cómo llega a sus acertadísimas conclusiones, así no tiene que hacerse trampas al solitario... Pero aunque lo sabemos queremos ver cómo es el proceso, queremos ver las vueltas que dan, los amoríos que tienen y qué retorcida manera de matar se le habrá ocurrido a Doña Agatha en esta ocasión ¡divertidísima!

Aquí va lo de Annie Hall.

A mí este asesinato en el campo de golf ni fu ni fa. Vuelvo a echar de menos la campiña inglesa y he echado de más varias vueltas de tuerca. En ésta me parece que hay demasiado cambio de timón.

Además uno de lo crímenes queda resuelto pero fuera del alcance de la justicia y eso no me gusta. Y menos todavía si la idea detrás de esa injusticia es que como el muerto es un indigente, su asesino o cómplices no son merecederos de padecer el peso de la ley. Esto está muy mal, Doña Agatha.

He subrayado poco pero jugoso:

"Para mí una mujer debe ser femenina. ¡No puedo soportar a la neurótica muchacha moderna que se entrega al jazz de la mañana ala noche, fuma como una chimenea y usa un lenguaje que haría sonrojarse a una pescadera de Billingsgate!" De nuevo la Agatha moderna y feminista (entiéndase la ironía).

"No tengo nada contra mademoiselle Daubreuil por ningún concepto. Pero hubiera preferido que te casaras con una inglesa". Esto tampoco es nuevo.

Aquí va lo de Bich.

No entiendo para qué escribo mi opinión porque es tal cual la de Anniehall. Bueno, en cuanto al segundo muerto, poco peso de la ley porque yo he creído entender que moría de un infarto, pero puedo no haberme enterado bien, porque me ha parecido bastante confuso todo. Los nombres, los personajes, las historias, todo muy enmadejado...en cualquier caso Agatha es muy de dejar cosas en manos de la justicia divina.

He subrayado también lo de la mujer femenina y su contrapunto: "usted considera a las mujeres como seres que se suben sobre una silla y chillan cuando ven un ratón. Todo eso es prehistórico."

También sentencia: "¿Por quién mentiría una mujer? A veces por sí misma, muy a menudo por el hombre a quien ama. Siempre, por sus hijos." EA.

Para mí se ha quedado en mero entretenimiento, no es de estos libros de Agatha memorables.

Y Pi.

Opino igual que mis compañeras. La verdad es que agradezco esta vuelta a la Agatha de mi querido Poirot pero me ha dejado algo fría. Da la sensación de que se "embarulla" tanto a lo largo del libro que tiene problemas con el desenlace y termina atando los cabos sueltos de aquella manera.

Efectivamente hay un asesinato que se resuelve al margen de la ley. Me he encontrado con esto en varios libros de Poirot. Igual me equivoco y pasa también en libros no protagonizados por el detective, pero yo lo ví como un rasgo más de su carácter ególatra. 

Gordipé dice que no le ha gustado Asesinato en el campo de golf.

Empiezo a pensar que me gusta más el recuerdo de cuánto disfruté leyendo a Agatha Christie en la adolescencia que sus libros. O que la mayoría de sus libros. Este me parece facilón y afectado. No me gusta el tándem Poirot-Hastings: el belga me parece un personaje soberbio y teatral, pero en feo, y el inglés tiene la personalidad de una acelga.

Y darme cuenta de que Mrs. Christie me está pareciendo cada vez más misógina no ayuda nada. Ni siquiera he terminado el libro. Mea culpa.



Volvemos el 29 de diciembre con El hombre del traje marrón.

Arff, arfff, arfff..... ¡Que llego tarde!
Que como una, además de boticaria y desquiciada, es tecnolerda, pues durante el fin de semana no tiene ordenata y desde el móvil le resulta imposible publicar, así que aunque tarde aquí está mi reseña.
Un calco de las demás, echo de menos la campiña inglesa, ya tengo ganas de llegar a algún libro de los típicos de hacendados venidos a menos, tés de la tarde, trenes para ir a Londres de compras.... vamos, todas esas cosas british tan típicas de Ágatha.
Hastings, como siempre, y como se diría en mi pueblo, empalagosismo con sus enamoramientos. Eso sí, me pica la curiosidad de saber si se casa realmente con la tipa y si es de la que enviuda muchos libros después (ahhhhh, spoiler, se siente).
Bueno, creo que ya me he pasado de las diez líneas, así que con esto y un bizcocho, hasta la próxima, que me parece a mí, por el título, que tampoco va a haber campiña y va a ser de espionaje, jope.

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