lunes, 13 de junio de 2016

Sangre en la piscina

Aquí estamos, una quincena más. Esta vez le toca el turno a Sangre en la piscina, novela de 1946

En esta ocasión, y al más puro estilo de lo que más tarde sería "Se ha escrito un crimen", Poirot lleva el crimen con él a dondequiera que vaya. ¿Qué te invitan a comer a una finca en el campo? Pues lo más normal es que cuando llegues haya un cadáver flotando en la piscina de la mansión. Vamos, típico de la campiña inglesa.
Poirot se enfrentará a un caso en el que casi nada es lo que parece.

Veamos qué opinan nuestras lectoras

Empezamos con Pi

Que petardo de libro, en serio. Que poca gracia de personajes, de entorno y de caso. Me ha costado Dios y ayuda terminarlo y si lo he hecho ha sido por el proyecto. No puedo definir exactamente el porqué me ha resultado tan indiferente; no deja de ser una historia similar a las anteriores. Creo que el problema nace del "momento asesinato" que es una chorrada monumental. A partir de ahí ya todo marcha mal. Ni me he molestado en elucubrar quién era el asesino, sinceramente me daba lo mismo. Y cuando al fin se ha descubierto la trama mi reacción ha sido "ah, vale, fenomenal, al fin se acaba este bodrio".
Y que decir de Poirot con su infinito ego por encima del bien y del mal. Si se piensa friamente tiene tela como se las gastaba este hombre.
Espero que el próximo libro me quite el mal sabor de boca que me ha dejado este.

Seguimos con Pau

Me aburre tremendamente Poirot, el cerebro de Poirot y el ego inmenso de Poirot ¿pues no piensa el tío chalado este que le hacen semejante performance y se queda tan pichi? que menos mal que es listo y se da cuenta de que no es algo hecho para él, que si no...

Lo curioso, y me suena que esto ya lo he dicho en alguna ocasión, es que Doña Agatha se merece su fama hasta la última célula y, como tal, es perfectamente consciente de que el detective empieza a cansar y por eso lleva unas cuantas novelas sin sacarlo por un lado y, por otro, hace de vez en cuando referencias a lo que pensaría el lector, así en la anterior nos encontrábamos con un detective que se indignaba ante los métodos de investigación que aparecen en las novelas y en esta, directamente con un personaje que pasa de todo en cuanto a los crímenes (ya ha puesto MG la cita a la que me refiero, así que vayan a su reseña), como quien tiene sangre de horchata.

Ahora bien, no ha sido lo mejor de la semana ni del proyecto Agatha pero sigue siendo Doña Agatha, tiene sus curiosidades, sus líos amorosos (fundamentales aquí), su flema británica, lectura sencilla y amena, pero todo ello sin que sea para tirar cohetes.

Terminamos con MG

La verdad es que me ha dejado bastante fría, ni siquiera he intentado deducir nada porque me daba todo exactamente igual, a quién mataban y por qué. Por alguna razón desconocida me han caído todos fatal, no son muy diferentes a otros personajes de las demás novelas de Dame Agatha, pero estos no entraron con buen pie.

Una pena porque tiene cosas bastante buenas, juega mucho a que casi todos tienen un buen motivo para ser el asesino y eso me suele gustar, que no sea obvio.

Algunas cosas que he señalado:

"Nunca me ha parecido muy interesante saber quién mató a quién. Quiero decir, que una vez muertos no parece importar gran cosa por qué murieron, y el darle importancia y armar jaleo me parece una estupidez."

"Digan lo que digan, un asesinato siempre es embarazoso...disgusta a la servidumbre y estropea la rutina general."


Volvemos en dos semanas con Pleamares de la vida. Mientras tanto, tengan cuidado ahí fuera.

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