lunes, 5 de diciembre de 2016

Asesinato en la calle Hickory




Estamos de vuelta, esta quincena con Asesinato en la calle Hickory, otra de las aventuras de Poirot.

En este caso Poirot se va a una especie de residencia/pensión para estudiantes, en un acto de generosidNO, por puro interés, ya que su eficiente secretaria Miss Lemon está descentrada ya que su hermana es la directora de dicha residencia, en la que se están cometiendo pequeños robos y fechorías. Y claro, después empiezan los asesinatos.


Veamos qué opinan nuestras lectoras

Empezamos con Pi

Vuelta a la esencia de Agatha, a los asesinatos costumbristas que tanto me gustan. A pesar de haber muchos personajes "en el ajo" me ha resultado fácil seguir la historia y distinguir a unos de otros. Os reiréis, pero hay libros en los que es un verdadero suplicio para mí el quien es quien. 
Mucho estereotipo racial, lógico en los años 50 cuando el mundo estaba menos globalizado, y mucho estereotipo hombre/mujer. La secretaria fea pero eficiente, la muchacha que debe hacer cualquier cosa para pescar a un hombre, etc. Hoy en día por menos de eso se hubiera quemado a la autora en la hoguera de Twitter.
La historia es muy entretenida y no se hace pesada en ningún momento. Poirot aparece en su punto justo sin resultar cansino, y se da más peso al detective de la policía que en otras novelas.
La trama se va complicando cada vez más y lo que parecía no era, pero finalmente todo queda resuelto de forma coherente.
Y lo mejor de todo, permite jugar al lector a resolver el caso. No es de los libros en los que Poirot se saca de la manga una pista en el último momento. Yo no he acertado ... otra vez será.




Seguimos con Pau


Otra vez Poirot... pero como Doña Agatha estaba hasta el moño de él es casi parte del paisaje, que lo soluciona todo y todo lo ve y lo sabe, sí, pero no es omniinsufrible porque decora sin estorbar demasiado. 
En esta ocasión nos encontramos en una residencia de estudiantes (aunque luego resulta que muchos no son estudiantes, no sé si porque a la señora Christie se le olvida o porque en las residencias de estudiantes de la Inglaterra de los 50 las susodichas residencias eran pensiones sin más) que le sirve a la autora para llenarla de los más variopintos jóvenes -por una vez pone a chicos negros que no están haciendo cosas de salvajes, aunque a la señora Christie se le siguen haciendo insoportablemente exóticos (que no los soporta ella, quiero decir)- que por supuesto están enamorados entre sí (eso jamás puede faltar en esta autora) y tienen muchas cosas que esconder.

Me lo he pasado pipa leyéndolo, iba a camino de ser uno de mis favoritos... hasta casi el final; y es que tiene una solución tan zafia, tan vulgar, tan inverosímil que se ve de lejos de lo inverosímil que es, que no ha estado a la altura ni mucho menos del potencial que tenía la novela. Lástima.


Terminamos con MG


Cuando ya has leído muchos libros de Poirot llegas a dos conclusiones: una, la manía que le tenía doña Agatha a su detective. Dos, que como es su personaje más famoso, en ocasiones es el protagonista Poirot, como podría serlo mi primo Pepe, porque aporta poco. Para mí es porque le falta el contrapunto de Hastings, que le da vidilla al asunto.



Esta novela me ha entretenido, quizás demasiados personajes, tarda un poco en haber muertos, pero como hay varios se lo perdono.



Me ha hecho gracia el motivo egoísta por el que Poirot se involucra en la historia, y es la propia Agatha la que define perfectamente al belga en un solo párrafo:



"Orden y método fueron el santo y seña de Hércules Poirot durante muchos años. Con Jorge, el perfecto mayordomo, la señorita Lemon, la perfecta secretaria, el orden y el método rigieron siempre su vida. Y ahora que los bollos para el té tenían forma cuadrada en vez de redonda, no podía quejarse de nada"



También en este libro vemos que estamos en los años 50, y se decían en voz alta que ahora está mal visto incluso pensar



"En mi opinión una chica tiene derecho a poner en práctica recursos desesperados para pescar a un hombre"


Volvemos en dos semanas con el último libro del año, El templete de Nasse House. Mientras tanto, como siempre, tengan cuidado ahí fuera.

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